Soros y el euro
En una columna publicada en este medio el miércoles, George Soros cae en una serie de falacias que conviene aclarar.
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Axel Kaiser
En una columna publicada en este medio el miércoles, George Soros cae en una serie de falacias que conviene aclarar.
En primer lugar, no es efectivo que el euro se encuentre en peligro producto de los excesos de los mercados antes que del sector público. El tratado de Maastricht estableció un límite de 60% y 3% del PIB para la deuda pública y el déficit fiscal de sus miembros respectivamente. Casi desde el inicio la norma fue violada por los signatarios. Los casos más extremos son los de Grecia e Italia, con un 150% y 120% del PIB de deuda pública. En Alemania, en tanto, la deuda supera el 80% del PIB mientras en Bélgica ésta es cercana al 100% del PIB al igual que en Irlanda y Portugal. Si los políticos europeos hubieran respetado las reglas que ellos mismos se dieron, no habría crisis del euro. Lamentablemente, la tentación de otorgar beneficios sociales para ganar elecciones pudo más.
Una segunda falacia consiste asumir que la convergencia de tasas fue la responsable de las burbujas inmobiliarias en “países débiles de Europa“. En primer lugar, ni España ni Irlanda, donde se verificaron las burbujas más destructivas, son precisamente “países débiles“. De hecho, Irlanda tiene un PIB per cápita que supera en un 10% el de Alemania. La causa de las burbujas en estos países fue la política monetaria artificialmente laxa del Banco Central Europeo, el que mantuvo tasas de interés negativas antes de la crisis.
También es incorrecto afirmar que los mercados se equivocaron al llevar las tasas de países como España y Grecia a una convergencia con las de Alemania. Lo que ocurrió es que una vez en el euro, los mercados correctamente asumieron que los gobiernos de Alemania y Francia jamás dejaría caer a países como Grecia o Portugal. Y así ha sido: los especuladores han obtenido enormes ganancias con la crisis del euro apostando a la política de rescates europea. Algo parecido ocurrió con Fannie Mae y Freddie Mac en Estados Unidos, entidades semi gubernamentales que consiguieron fondos a tasas priviligiedas por que el mercado asumió que el Estado jamás las dejaría quebrar.
En otra falacia, Soros afirma que Alemania se benefició con la crisis del euro. Lo cierto es que Alemania no sólo financió el despilfarro de los países de la periferia en los años previos a la crisis mediante una masiva exportación de capital -reflejada en un enorme superávit comercial-, sino que además ha salido a cubrir la mayor parte de la deuda de estos países. Así, la periferia compró productos alemanes con dineros alemanes cuyo repago es hoy garantizado con más dinero alemán. Notable.
Finalmente, Soros sugiere que son necesarios eurobonos para proteger el euro. Esto implicaría una colectivización definitiva del riesgo entre los miembros del euro cuyas consecuencias serían catastróficas. Por cierto que en el intertanto algunos especuladores podrían hacer millonarias ganancias antes del colapso final de la moneda. Y si hay alguien que entiende de especular contra monedas es Soros. Es cosa de preguntarle a los ingleses.